Estreno al sol: factor 50 y no superar los 15 minutos

Las personas de piel clara que se queman con facilidad nunca deben usar un fotoprotector de un factor menor de 50.

El verano ya está a la vuelta de la esquina y aumentan las ganas de pegarse un chapuzón. ¿Qué hay que tener en cuenta a la hora de destaparse bajo el sol? Miguel Sánchez Viera, director del Instituto de Dermatología Integral (IDEI), da las pautas para exponerse a la radiación solar corriendo los menores riesgos posibles.

Antes de seguir leyendo, conviene decir que “estar moreno no es sinónimo de belleza. De hecho, la exposición al sol es, además de una de las principales causas del cáncer de piel, una de las causas más importantes de su envejecimiento”, aclara el experto.

Recomendaciones para un bronceado lo menos dañino posible

Sánchez Viera aconseja seguir estos puntos para respetar la piel que va a ser tocada por el sol:

  1. No debemos realizar exposiciones prolongadas bajo el sol y, desde luego, jamás hacerlo sin la fotoprotección adecuada.  La duración de esas exposiciones dependerá de nuestro fototipo de piel. Con todo, y como normal general, nunca debemos estar expuestos el tiempo suficiente para que nuestra piel se enrojezca, ya que éste es el primer síntoma de una quemadura solar.
  2. La fotoprotección depende de nuestro fototipo de piel y debe aumentar cuando la piel es clara o tiene tendencia a quemarse. Lo que hace el SPF (factor de protección solar) es aumentar el tiempo que podemos estar expuestos al sol sin quemarnos. Por ejemplo, si una persona tarda 5 minutos en quemarse, con un fotoprotector 50 tardará 25 minutos.  De todos modos, la recomendación que hace este dermatólogo es comenzar con un factor 50 y no exponerse al sol más de 15 minutos. Esa protección se podrá ir bajando paulatinamente según nos vayamos bronceando, aunque jamás bajaremos del factor 30, excepto en esas personas de piel clara que se queman con facilidad, las alérgicas al sol o aquéllas con antecedentes de cáncer de piel que nunca bajarán del factor 50. “Los llamados factores de protección total no existen, todos dejan pasar algo de radiación, y a partir del factor 50 todos tienen más o menos la misma capacidad de protección”, recuerda Sánchez Viera.
  3. Sobre la aplicación del fotoprotector, hay que ser generosos y extender una capa uniforme por todas las partes del cuerpo, sin olvidar ninguna de las zonas expuestas. Esto debe hacerse media hora antes de exponerse a la radiación solar. Además, debe renovarse su aplicación cada dos horas. Y, aunque los fotoprotectores sean resistentes al agua los aplicaremos de nuevo después de cada baño o ducha.
  4. Hay que evitar tomar el sol en las horas centrales del día, entre las 12 y las 17 horas. “Soy consciente de que es en esas horas en las que más apetece bajar a darse un baño en la playa”, comenta el dermatólogo, pero “insisto en que no debemos quedarnos tumbados a tomar el sol, mejor hacerlo bajo una sombra. También así podremos broncearnos gracias al reflejo de los rayos en la arena -superficies como la mencionada, el agua o la nieve son auténticos reflectantes de los rayos solares-. Por ese motivo, en la sombra también debemos tener aplicado el fotoprotector”.
  5. Usaremos gorros, con ala ancha o viseras, para proteger nuestra cara, y gafas de sol para hacer lo propio con los ojos.
  6. En el caso de las personas con piel con tendencia a quemarse y, sobre todo, los niños, deberán permanecer el mayor tiempo posible tapados con ropa fresca que filtre las radiaciones solares.
  7. “Los dermatólogos también recomendamos no usar las cabinas de bronceado, ya que hay estudios que demuestran que aumentan el riesgo de padecer un cáncer de piel”, subraya el director del Instituto de Dermatología Integral.
  8. Si aun siguiendo estas recomendaciones, te quemas, deberás hidratarte muy bien la zona afectada y acudir a un dermatólogo para que te hagan una revisión que descarte consecuencias futuras.

Fuente: cuidateplus.marca.com

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