El trasplante capilar para la alopecia

La alopecia es la pérdida anormal o excesiva del cabello que puede afectar tanto a hombres como a mujeres. Existen diferentes tipos de alopecia, pero la más frecuente es la alopecia androgénica, que tiene un componente genético y hormonal. Esta se caracteriza por un afinamiento y una disminución progresiva de la densidad capilar en las zonas frontales y superiores del cuero cabelludo.

El trasplante capilar es una de las soluciones más efectivas y definitivas para la alopecia androgénica. Consiste en extraer folículos pilosos de una zona donante, generalmente la nuca o los laterales de la cabeza, e implantarlos en las zonas receptoras, donde el cabello es escaso o inexistente. De esta forma, se logra restaurar el aspecto natural y estético del cabello.

Existen dos técnicas principales para realizar el trasplante capilar: la técnica FUE y la técnica FUSS. La técnica FUE (Follicular Unit Extraction) consiste en extraer los folículos de uno en uno con un instrumento especializado que realiza microincisiones circulares alrededor de cada unidad folicular. Esta técnica tiene la ventaja de que no deja cicatrices visibles y permite una recuperación más rápida.

La técnica FUSS (Follicular Unit Strip Surgery) consiste en extraer una tira de piel con cabello de la zona donante y luego dividirla en unidades foliculares individuales que se implantan en las zonas receptoras. Esta técnica tiene la ventaja de que permite obtener un mayor número de folículos en una sola sesión, pero deja una cicatriz lineal en la zona donante que puede ser visible si el cabello se lleva muy corto.

El trasplante capilar es un procedimiento ambulatorio que se realiza con anestesia local y sedación. La duración varía según el número de folículos a implantar, pero suele oscilar entre 4 y 8 horas. Los resultados no son inmediatos, ya que el cabello trasplantado suele caerse a las pocas semanas y vuelve a crecer a partir del tercer o cuarto mes. El resultado final se aprecia al cabo de un año aproximadamente.

El trasplante capilar es una solución permanente para la alopecia androgénica, ya que los folículos implantados conservan su resistencia genética y no se ven afectados por las hormonas que causan la caída del cabello. Sin embargo, es importante seguir unas pautas de cuidado postoperatorio y realizar un tratamiento médico específico para prevenir o frenar la evolución de la alopecia en las zonas no trasplantadas.

El trasplante capilar es una opción segura y eficaz para recuperar el cabello perdido por la alopecia androgénica. Sin embargo, no todos los casos son candidatos para este procedimiento, por lo que es necesario realizar una valoración previa por parte de un especialista en dermatología y cirugía estética que determine la indicación, la técnica y el plan personalizado para cada paciente.

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