Los eritemas son reacciones de la piel que se caracterizan por una rojez o inflamación, causada por la dilatación de los vasos sanguíneos. Los eritemas pueden tener diferentes orígenes, como el calor, las picaduras de insectos, las infecciones, las alergias o la exposición a radiaciones.
Las alergias cutáneas son una forma de eritema que se produce cuando el sistema inmunitario reacciona de forma exagerada a alguna sustancia que entra en contacto con la piel o que se ingiere. Estas sustancias se llaman alérgenos y pueden ser alimentos, medicamentos, metales, cosméticos, plantas, etc.
Los síntomas de las alergias cutáneas pueden variar según el tipo y la gravedad de la reacción, pero suelen incluir:
- Ronchas o habones: son lesiones elevadas, rojas y pruriginosas que cambian de forma y lugar.
- Angioedema: es una hinchazón de las capas más profundas de la piel, que puede afectar a los labios, los párpados, la lengua o la garganta. Puede ser peligroso si dificulta la respiración.
- Eccema o dermatitis: es una inflamación crónica de la piel que provoca enrojecimiento, sequedad, descamación, costras y grietas. Puede ser causado por factores genéticos (dermatitis atópica) o por el contacto con alérgenos (dermatitis de contacto).
- Eritema multiforme: es una reacción grave que se manifiesta con lesiones circulares o en forma de diana, que pueden afectar a las mucosas. Suele estar asociado a infecciones virales o a medicamentos.
El diagnóstico de las alergias cutáneas se basa en la historia clínica del paciente, el examen físico de la piel y las pruebas alérgicas. Estas pueden ser:
- Prick test: consiste en aplicar una gota de alérgeno sobre la piel y hacer una pequeña punción para que penetre. Si hay alergia, aparece una roncha en el lugar.
- Análisis de sangre: se mide el nivel de anticuerpos específicos frente a determinados alérgenos.
- Pruebas de parche: se colocan unos parches con alérgenos sobre la piel durante 48 horas y se observa si hay reacción.
El tratamiento de las alergias cutáneas depende del tipo y la severidad de la reacción, pero suele incluir:
- Evitar el contacto con el alérgeno responsable.
- Aplicar cremas hidratantes y emolientes para proteger la barrera cutánea.
- Usar antihistamínicos orales o tópicos para aliviar el picor y la inflamación.
- Administrar corticoides orales o inyectables en casos graves o con riesgo vital.
- Recurrir a inmunoterapia específica para inducir tolerancia al alérgeno.
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