Con la reducción de la capa de ozono las radiaciones solares se vuelven más dañinas, pero sobre todo debemos saber que los daños provocados en la piel por el sol son acumulativos. “Nuestra piel tiene memoria y cada radiación recibida suma, con lo que crece el riesgo de llegar a padecer un cáncer de piel, una patología al alza -España registra 4.000 nuevos casos de melanoma cada año, según datos de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV)-“, advierte Miguel Sánchez Viera, director del Instituto de Dermatología Integral (IDEI).
Al respecto, Antonio Fustes, dermatólogo de Clínicas Dorsia Cartagena, afirma que “conviene saber que los cánceres de piel son los más frecuentes en la especie humana. Si bien no son tan graves (excepto el melanoma) como un cáncer de pulmón, nos permiten decir que el sol, es, junto al tabaco, el tóxico más importante al que nos exponemos en el día a día”.
¿Qué razones aluden las personas que deciden no tomar el sol?
“El bronceado aún se sigue viendo con buenos ojos, por ese aspecto de salud que otorga, pero cada vez nos vamos concienciando más de sus perjuicios. Con todo, no son demasiados los pacientes que, sin motivo alguno, deciden no tomar el sol. Es cierto que hay algunos que han decidido no tomarlo ya no por miedo al cáncer de piel -que también-, sino por mantener una piel más cuidada, más joven y por evitar el fotoenvejecimiento”, enumera el director del IDEI.
De todos modos, reconoce este dermatólogo, “cuando no se tienen motivos para evitarlo no es malo tomar el sol, ya que ayuda a sintetizar la vitamina D. Eso sí, siempre hay que exponerse a él con la protección adecuada, evitando las peores horas (entre las 12 y las 17 horas) y sin excederse (con 15 minutos es suficiente)”.
Fustes está de acuerdo, afirmando que cada vez tenemos más personas absolutamente concienciadas y comprometidas con la protección solar de manera habitual y con la exposición responsable a las radiaciones ultravioleta (UV). “Muchos de ellos por razones estéticas, pues comprenden el envejecimiento prematuro que provoca el abuso de las RUV, y otros tantos por temor a las consecuencias malignas que pueden provocar estas radiaciones”.
Exceso de sol: efectos dañinos sobre la piel
Los rayos UVA provocan arrugas, flacidez y manchas. “Solo por ello ya deberíamos cuidarnos de abusar del sol. Pero las radiaciones solares también provocan quemaduras, daños producidos principalmente por los rayos UVA y UVB, capaces de inducir reacciones químicas en distintos componentes de las células de la piel. Los resultados de esos daños van desde un eritema leve con descamación a las ampollas”, describe Sánchez Viera.
Y llegamos al más temido de los efectos del sol sobre nuestra piel, el cáncer de piel no melanoma (úlceras que no sanan, protuberancias que crecen, áreas escamosas…) y el melanoma (el cáncer de piel más agresivo). “Es importante detectar cuanto antes este tumor maligno, con origen en los melanocitos, por lo que los expertos recomendamos revisar muy bien las manchas de nuestra piel, ya lo haga la persona en casa o visitando a un dermatólogo”, subraya este especialista.
Hoy en día, la dermatoscopia es el método más efectivo de detección y es sumamente interesante, sobre todo, en personas con manchas sospechosas, con muchos lunares o antecedentes de cáncer de piel. Si la revisión se va a hacer en casa, debemos tener en cuenta la regla ABCDE, que son signos de alarma que nos obligan a acudir a un experto. Así las manchas sospechosas son las que se presentan con alguna de estas características: asimetrías, bordes irregulares, colores no homogéneos, diámetro superior a 6 milímetros, que evolucionan mal cambiando de tamaño, color, cursan con dolor, picor o sangran.
Virginia Sánchez, dermatóloga y directora médica de Clínicas Dorsia, resume los motivos por los que reducir al mínimo la exposición directa a la radiación solar: “El bronceado no sienta bien a todos los rostros, si abusas del sol puedes provocar la aparición de manchas y, además, causa envejecimiento celular y, por lo tanto, arrugas. Asimismo, la deshidratación fruto del calor y la exposición directa de los rayos UV provocan un rostro seco y falto de vida”.
Podría haber más casos de alergia al sol
“Parece que cada vez se dan más casos de eso que se llama ‘alergia al sol’, que es la suma de algunas dermatosis como la urticaria solar, la fotodermatosis debida al uso de medicamentos y la erupción polimórfica lumínica”, dice Sánchez Viera. Un aumento que podría deberse a esa menor protección de la capa de ozono que hace que la radiación que nos llega sea más agresiva. “Pero no hay ni estadísticas ni estudios que hablen sobre ello, con lo que solo podemos lanzar hipótesis”, apunta este experto. Lo que aconseja para prevenir estas y otras reacciones es “ponerse en manos de un especialista que nos indique cómo cuidar correctamente nuestra piel”.
Por su parte, Fustes explica que la alergia al sol se caracteriza por una erupción rojiza de pequeñas manchas o pápulas, pruriginosa relacionada a la exposición solar de intensidad variable. “Puede estar genéticamente predispuesta o empeorada por la toma de medicamentos fotosensibilizantes. En muchos casos es leve y desaparece sin necesidad de tratamiento. En otros, puede llegar a producirse un cuadro que conocemos como erupción polimorfa a la luz que requiere tratamiento con diversas sustancias como antihistamínicos, e incluso corticoides. Además, podría afectar las córneas y los labios”.
En resumen, concluye el dermatólogo de Dorsia, el sol es necesario para la vida y para el disfrute al aire libre, pero se puede gozar del mismo con la consciencia necesaria y un consumo responsable. “Hay muchas medidas de fotoprotección adecuadas que evitarán las consecuencias del exceso de exposición a las RUV. Amplíe sus conocimientos de los daños solares y de cómo protegerse correctamente de las RUV”.
Fuente: cuidateplus.marca.com